Lejos, muy lejos, ausente
El silencio y las señales de los máximos referentes vuelven a dejar al Mutualismo lejos, muy lejos de la agenda de gobierno. ¿Quién representa a las entidades de base?
OPINIONES
7/8/20252 min read


Argentina necesitaba un cambio. ¿Este cambio? No lo sabemos. Pero necesitaba un cambio de rumbo. Probar otras recetas.
Y cuando nos referimos a la necesidad de cambio, lo decimos porque todo lo realizado durante décadas, en lo económico y social, fracaso. Creció la pobreza, bajó el empleo formal, cayó la producción, se disparó la inflación, sólo por citar unos pocos aspectos. Algo distinto había que hacer. Si estamos o no actualmente en el rumbo correcto, sólo el tiempo lo dirá, más allá de los números que se publiquen.
Somos una sociedad compleja, con una cultura difícil de encajar en el mundo moderno y muy dividida: acá podríamos citar a los peronistas, antiperonistas o también llamados gorilas, y otro sector sin camiseta cuyo voto va fluctuando y es más independiente. Lo único cierto es que vivimos en un sistema democrático, que no es perfecto pero es el mejor mecanismo de convivencia entre los seres de una comunidad.
Con este método de coexistencia elegido por nuestros constituyentes, la mayoría de los argentinos votó el cambio que hoy encabeza Javier Milei. En elecciones sucesivas se podrá darle su respaldo o elegir alguna otra opción. Mientras tanto, habrá que respetar la decisión de esa mayoría y las distintas resoluciones que adopten los otros poderes de la República. Único método de convivencia pacífica entre seres con diversas ideologías.
Tras un año y medio de gestión del nuevo gobierno, sin entrar en fanatismos, dejando discusiones político partidarias a un lado y más allá de la doctrina individual de cada uno, el Mutualismo se mostró ausente. Lejos, muy lejos, de plantear sus necesidades en el nuevo escenario. ¿No tendremos nada para decir?
En plena etapa donde todo parece liberarse de regulaciones, los diferentes aspectos que hacen a nuestro sector continúan atados a restricciones. Tanto se pregonó la “visibilidad” para luego terminar llamándose a silencio, cuando eran tiempos de mostrarse frente a los nuevos funcionarios, muchos de ellos debutantes en la gestión pública. No hay explicación lógica. Nuestros referentes quedaron obsoletos, atrapados en el pasado.
Pero las aguas siguen moviéndose y si no empezamos a bracear, otro lo hará y vaya uno a saber en qué dirección. Así ocurrió con ANSES donde la mayoría de las entidades que participaban de la operatoria de descuentos quedaron afuera.
Algo similar está pasando con la Superintendencia de Servicios de Salud. Nada se dice pero los problemas crecen. La situación de las Mutuales prestadoras de este servicio es altamente alarmante, con restricciones para su inscripción, atendibles sólo para las empresas y/o entidades de gran envergadura en este tipo de prestaciones. Sin embargo, el sector privado habló y logró una alternativa frente a la gran cantidad de sentencias judiciales en su contra. El gobierno escuchó e implementó un Procedimiento de Mediación Prejudicial. El tiempo hablará sobre su real eficacia.
Quedamos atrapados en el pasado dónde la función de las máximas organizaciones era gestionar algún subsidio del Estado, adular funcionarios de turno, facilitar un trámite, hacer política de género o dictar algún cursito. El silencio y las señales de los máximos referentes vuelven a dejar al Mutualismo lejos, muy lejos de la agenda de gobierno.
¿Quién representa a las entidades de base?
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