Un abuso de poder sin precedentes

Un sistema de descuento de haberes que abusa de las organizaciones. Primero los afanaron con una póliza millonaria, ahora los manosean con su renovación para volver a chorearlos y, día a día, los forrean aprobando o demorando a puro capricho la carga de créditos ya otorgados. En el medio, crecen los rumores de un nuevo cambio en la regulación. Un claro desvío en el ejercicio de la función pública.

12/10/20253 min read

Nosotros seguimos hablando de esos temas que a nadie importan. No se escucha a ningún dirigente hablar de ello y, mucho menos, a las organizaciones representativas. Pero estos abusos ocurren en el día a día y alguien debe contarlos.

Unas 500 entidades operaban en el sistema de descuento de haberes de ANSES 10 años atrás. Actualmente, sólo 33 fueron incluidas en la nueva operatoria, pero menos de la mitad están habilitadas para descontar la cobranza de créditos.

Se trata del exponente más claro donde se observa la pérdida de derechos de un sector que permanece estático frente a la adversidad.

Ocurre que el ex Director Ejecutivo del organismo, Mariano de Los Heros, salió a exigir seguros, uno de Responsabilidad Civil y otro de Caución, a primer requerimiento de ANSES, para cubrir todo daño y/o perjuicio que se genere como consecuencia de un incumplimiento de la entidad. Estamos hablando de una póliza por un monto millonario, para lo cual la entidad debería tener un patrimonio superior al valor o ser avalado personalmente por los directivos con sus propios bienes. ¿El costo de la póliza?: hablamos de un promedio que ronda los 30 millones por año.

Sólo una docena de entidades cumplimentaron los requisitos y pagaron esa millonada de pesos por año, con el aval patrimonial personal de sus directivos, para poder otorgar créditos. Pero al momento de comenzar a operar y poder recuperar semejante capital, volvieron a chocar con las mismas trabas de siempre. La falta de fondeo ante la limitación de tasa impuesta y la condición de que cada crédito que se otorgue por cobro de descuento de haberes debe ser aprobado por el área respectiva de ANSES, luego de ser pagado al asociado, en los plazos que la burocracia estime oportunos. Y siempre falta una coma, siempre tienen una observación que realizar, siempre hay una exigencia nueva (no escrita) por cumplimentar.

Al principio, los “sistemas informáticos” del organismo no permitían la carga de las operaciones de crédito, aun cuando estas cumplían con todos los estándares exigidos por el INAES y habían sido validadas mediante procedimientos biométricos, tecnológicos y documentales equiparables a los utilizados por las más grandes instituciones financieras.

Finalmente, luego de numerosas demoras y dilaciones las entidades lograron comenzar a cargar las operaciones crediticias acordadas con los asociados, respetando las tasas fijadas. No obstante ello, y casi de inmediato, frente al aumento natural de la operatoria (derivado de la necesidad y demanda de los asociados) ANSES comenzó a demorar y luego paralizar el procesamiento de créditos presentados en debida forma, sin formular observación alguna. Tal paralización impidió que las cuotas pactadas se descontaran de los haberes previsionales de los beneficiarios, colocándolos en situación de morosidad.

En la actualidad, la operatoria se encuentra prácticamente detenida. Sólo un promedio del 30% de las operaciones mensuales que se cargan son aprobadas, acumulando pendientes para el mes subsiguiente. Contrariamente, el organismo procesa sin demoras ni dificultades las operaciones crediticias otorgadas a jubilados y pensionados por el Banco de la Nación Argentina y el Banco Provincia de Buenos Aires, también a través del sistema de código de descuento.

Todas las operaciones mencionadas corresponden a créditos ya desembolsados y acreditados en las cuentas previsionales de los asociados, lo que demuestra que los contratos de mutuo están perfeccionados y que la obligación de ANSES de procesarlos mediante el Código de Descuento era inmediata.

Los afanaron. Los funcionarios hicieron negocios con una aseguradora y les enchufaron una póliza millonaria a las entidades, las que hoy tienen serías trabas para operar. Un auténtico choreo.

Esta inactividad administrativa y técnica produce un grave daño patrimonial a las Mutuales y coloca en mora involuntaria a los asociados, además de impedir el otorgamiento de nuevos créditos destinados a atender necesidades económicas concretas y urgentes de un colectivo particularmente vulnerable.

Una más para las entidades habilitadas a otorgar créditos. La póliza de seguro otorgada originalmente venció y deben renovarla, con nuevas condiciones impuestas por la aseguradora.

Primero los afanaron con una póliza millonaria, ahora los manosean con su renovación para volver a chorearlos y, día a día, los forrean aprobando o demorando a puro capricho la carga de créditos ya otorgados. En el medio, crecen los rumores de un nuevo cambio en la regulación. Un claro desvío en el ejercicio de la función pública.